¿CÓMO SANAR?
- ALEJANDRA ANZAUDO
- 17 mar 2017
- 3 Min. de lectura

Nuestro cuerpo o nuestra mente pueden enfermar; ahora ¿por qué sucede? Son infinitas las respuestas y combinaciones de ellas. Lo importante es comprender que es uno quien enferma por tanto es uno quien puede sanarse. Se trata de un inalcanzable poder que poseemos del cual creemos que prescindimos, sobre todo si buscamos las causas como las ‘curas’ por fuera de nosotros.
Lamentablemente esperamos que lleguen los momentos críticos, las adversidades para darnos cuenta de cómo llevábamos nuestra vida y de cómo quisiéramos que continúe. Y en aquellos momentos de dolor empezamos a bucear y develamos nuestras únicas verdades. Aquellas que formaron nuestra historia, y nos dejan parados en esta vereda que hemos elegido para ver la vida y transitarla. Sin embargo, algo irrumpe, lo que sea, y ya no estamos tan seguros de nada. Por detrás de ese momento de crisis se hacen visibles nuestros miedos, nuestras culpas o nuestro enojo; y allí se abre la oportunidad del cambio o de permanecer igual.
La oportunidad del cambio empieza con una nueva conciencia, vislumbrando cuáles son nuestras creencias y nuestros sentimientos, y desde allí podemos empezar a narrar una nueva historia para nosotros, eligiendo otras creencias y dejando el espacio para otras emociones. Si esto se logra, construimos una nueva manera de ser, siendo lo que cada uno realmente quiere ser, sin mandatos o condenas, y desde esa transformación es inevitable que nuestro alrededor quede inmutable. Desde allí se hace una cadena de cambios, y se forma de a poco el nuevo rompecabezas que decidimos armar para nuestro transito en la vida.
Por tanto, el poder de sanar lo tenemos cada uno inexorablemente. Ahora, cómo se sana? No hay receta para ello, las respuestas las tenemos cada uno, porque cada uno tiene una historia única e irrepetible. Sin embargo no está demás brindar un mapa, aunque sea uno quien descubra su territorio.
Para sanar es necesario revisar nuestras emociones negativas, aquellas que limitan nuestro potencial y que deprimen nuestro sistema inmunológico terminando por enfermar nuestro cuerpo físico, como ser la ira, el miedo, la culpa, la desesperanza, la angustia. Revisar cuales son nuestros pensamientos que alimentan estas emociones, como ser: ‘ soy un inútil’, ‘nunca llegare a nada’, ‘nadie me quiere’, ‘la vida es miserable’ etc. Otra cuestión crucial seria poder desterrarnos de aquellos mandatos o creencias de lo que debemos ser y hacer, que no corresponden con lo que queremos ser y hacer verdaderamente. Y todavía hay más caminos para ello como ser: Poder sanar vínculos, poder perdonar y perdonarnos, poder resignificar nuestra existencia, poder elegir una nueva narrativa de nuestra historia, poder empezar a valorarnos y amarnos realmente, poder alivianarnos de todo lo que cargamos, poder encontrarnos, tener unos minutos con nosotros mismos y con la vida sin tiempo, horarios y obligaciones, recordar reírnos con ganas, aprender a contemplar, sorprendernos y admirar, aprender a mirarnos y mirar al otro, aprender a cuidarnos, respirar y alimentarnos de manera correcta, aprender a descansar, y no olvidarnos de soñar, de tener una esperanza.
Es un gran trabajo, nada fácil, y podemos tener a disposición muchas ayudas externas, terapia, yoga, meditación, reiki, flores de bach, tratamientos médicos, farmacológicos, psiquiátricos, tai chi, etc. que realmente son de gran apoyo, pero el artífice del cambio, ese que necesitas para poder dormir, para dejar de llorar, para no estar aterrado o desesperado, para curar tu cuerpo de alguna enfermedad, para sobreponerte a las perdidas, para lo que necesites, el artífice sos vos, nadie más que vos puede transformar tu vida, solo tienes que quererlo y decidirlo, encontraras muchos bastones, pero necesitaras saber caminar cuando el bastón deje de estar al alcance. Para empezar te propongo que cierres tus ojos, abras los brazos y rodéate, abrázate tan fuerte como puedas, respira hondo y permanece allí; se empieza por amarnos un poco más.
Cada pensamiento y cada emoción crea reacciones químicas que se adhieren a cada receptor de cada célula recorriendo todo tu cuerpo, es momento de que elijas cuales pensamientos y emociones quieres tener ‘adherido’ a cada célula y fluyendo por tu sangre pues de eso dependerá tu buena salud; no esperes a enfermar estas a tiempo de hacer un ‘reseteo’ a tu ‘filtro’, tu mente. Estas a tiempo de detenerte, y revisar, de decir lo que callas, de gritar fuerte, de llorar, de abrazar y decir te quiero, de agradecer; estas a tiempo de contemplarte y volver a empezar, depende de vos, y no estarás solo, si te atreves a dar y darte cosas lindas, de seguro podrás recibirlas.
Lic. Alejandra Anzaudo
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