SOLEDADES
- ALEJANDRA ANZAUDO
- 17 mar 2017
- 1 Min. de lectura

SOLEDADES.
Soledades aburridas,
Soledades caprichosas,
Soledades abnegadas,
Soledades evitativas,
Soledades rumiantes,
Soledades reflexivas,
Soledades ruidosas.
Muchas de ellas estados transitorios, estadios paralelos, impresiones de instantes, duelantes o quejosas.
Pero existe esa otra soledad.
Escalofriante.
La que nadie mira.
La de aquel OTRO que no es para nadie.
Que ni siquiera es PARA SI MISMO.
Nadie lo ve, nadie lo escucha, nadie lo reconoce.
Se desdibuja su presencia vital.
Su voz ni su palabra son tenidas en consideración.
Queda del otro lado, como espectro, con un halo de conciencia de su ‘muerte’ sin que nadie aun lo ‘entierre’ ni lo despida. Ya no tiene rostro.
Zigzaguea la gente a su lado, sin percibirlo.
No deja eco, ni huella, no deja historia.
Repudiados, temidos, alejados, callados, anestesiados, incapacitados, despojados al olvido.
‘Un capítulo cerrado.’
A veces uno conoce esas SOLEDADES, frías, espasmódicas, irrevocables y contundentes.
Esa mirada colmada de ira y sufrimiento, con un grito ahogado.
Pararse allí en frente, tratando de ser ese OTRO que aparece después de tantas escenas desvanecidas donde no hubo nadie.
Atreverse a decir: ‘Aquí estoy, te miro, te escucho, te presencio’.
Con la simpleza de un encuentro, al menos alguien se detiene, y en otro tanto se anima a sostenerlo.
Y después de todo…, cuan LLENO esta uno…tomo el taxi y voy por la ciudad, ‘ME ESPERAN’.
Me repito a mi misma: ‘me esperan’….con otro sentido, con otra importancia.
Se contrae mi cuerpo, quisiera poder regalarles esta frase para ‘re-nacerlos’ a ellos que AUN NO HAN MUERTO.
Por detrás de una placa, un día y un horario, PUEDO permitirles su propio reflejo.
Tal vez para muchos siga siendo una cuestión de diagnósticos y pronósticos….
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